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miércoles, 30 de abril de 2008

La universidad del Futuro

LA UNIVERSIDAD DEL FUTURO

Alvaro Monterrosa Castro

Voluntad de verdad y pedagogía.

Quienes deseen salir
de la minoría de edad intelectual, se deben ejercitar en
la voluntad de llegar a la verdad.
¿Quién es entonces el verdadero educador?.
Aquel que no impone sino que construye y busca la
verdad junto con el alumno, es la persona que guía, que
orienta, que es la luz en la oscuridad...

Gabriel Suárez medina

Es frecuente en los diálogos sobre los tópicos que son inherentes a la Universidad, cualquiera que ellos sean, hablar de la crisis de la Universidad, tanto en los aspectos administrativos como académicos. La falta de un liderazgo, la falta de políticas educativas acordes con nuestra actual realidad, correctamente planificadas y progresistas, la falta de una toma de decisiones oportunas y eficientes que contribuyan a su desarrollo y que repercutan profundamente en la sociedad, son algunos de los aspectos considerados.

Se necesitan verdadero luchadores del progreso, hombres dispuestos a inventar un mundo diferente, individuos creativos, y esa creatividad esperada es obligación de los maestros, visionarios que girando con temple y fortaleza el timón, lleven a todos los estamentos universitarios a ejercer el rol vanguardista que deben tener al interior de la sociedad. Los Docentes deben ser capacitados, poseedores de especializaciones, maestrías y doctorados, con dedicación exclusiva o tiempo completo, autores de investigaciones y publicaciones, agrupados en gremios o asociaciones científicas, personal capaz de descollar dentro del mercado de la educación, y con profunda estructuración pedagógica. Estos luchadores serán los facilitadores, para que la Universidad pueda establecer un diálogo amplio hacia su interior como hacia el exterior. Líderes que impongan la formación de hombres y mujeres íntegros, de estructuración elaborada, alumnos de elevada calidad, con una gran fundamentación humanística, llenos de una ética de servicio hacia su comunidad, interesados en la investigación de la problemática cotidiana, capaces de innovar, de generar cambios, cambios que a su vez deben ser el motor del progreso y desarrollo de la sociedad. Egresados que no vean en su profesión un instrumento para el enriquecimiento rápido y/o ilícito, ni que la búsqueda del titulo, sea para coleccionar papeles destinados a decorar o embellecer las paredes, olvidando las implicaciones sociales que pueden tener esos estudios universitarios realizados.

La Universidad debe actualizar el saber. La Universidad debe estar en su contexto cultural e histórico, capaz de generar dignidad social. La Universidad debe producir hondas repercusiones en la estructura social, ya que en ella están las raíces de la eterna violencia vivida en los países, desde las edades neonatales de la República. La Universidad debe ser la cabeza, debe propender por un mejoramiento continuo, siendo futurista y no sólo profesionalizarte. Debe estar inmersa en el interior de la problemática diaria, siendo abierta, receptiva, dispuesta a la auto evaluación, acreditada, una Universidad permanente, que eduque para la vida, para la paz, para la tolerancia. Una universidad esencialmente humanística, centro de formación donde reine la equidad, la calidad y lo relevante, institución capaz de generar crecimiento personal, despertando en el egresado la consciencia que ese crecimiento debe ser volcado sobre la sociedad para impulsar el desarrollo del país.

Debe la Universidad entrar a tomar parte de la lucha contra la violencia, ejerciendo una actividad preventiva. Tiene la universidad la obligación de entrar a preparar una nueva generación de individuos más comprometidos con la realidad, la nación, la historia y las nuevas condiciones. Debe la universidad abandonar la preparación en el aspecto puramente profesional de sus egresados. Debe generar una cohorte de egresados que con un conocimiento y una estructuración personal sólida, sean las bases para la destrucción de la corrupción, otro de los puntos de importancia en la génesis de la violencia cotidiana.

Se propone una Universidad del futuro con un modelo educativo con la misión implícita de formar profesionales íntegros, responsables, investigadores, analíticos, con una elevada preocupación científica, y no con la superficialidad y el profesionalismo simplista de hoy. Individuos preparados para afrontar el reto de resolver la problemática grave de nuestra sociedad vuelta trizas, de lideralizar los procesos evolutivos de la comunidad, desde cualquiera que sean sus frentes de trabajos. Profesionales dispuestos siempre al servicio, a buscar y alcanzar el progreso, y lo más importante, prestos a empujar el carro varado del desarrollo de la población. La población, el ser humano como componente básico del país, debe ser el objetivo primero del egresado de esa universidad llamada del futuro. Cada uno desde el rincón de su profesión, siendo un egresado idóneo, tendrá una visión contra la corrupción, será investigativo en su medio de acción, con lo cual contribuirá al mesurado uso de las tecnologías y los recursos, con lo cual se sedimentará el progreso.

La educación universitaria del futuro debe ser renovadora. Capaz de actuar sobre su realidad vigente, sobre su problemática cotidiana, cuestionarla, evaluarla, mientras se actualiza y se proyecta hacia el futuro, un futuro de rápido llegar. Todo cambia muy rápido, se desarrollan nuevas y más eficaces tecnologías. Esto es a diario, lo actual de hoy, días después puede no serlo. La verdad científica de la mañana no lo será en la tarde. Cuan distinto es el mundo desarrollado de finales del siglo XX, de la visión García-Marquiana de Macondo, donde al parecer todo siempre es igual, las cosas son y están siempre iguales, los pueblos y sus gentes estáticos, sin cambiar, donde es lo mismo ser lunes o martes, todo bajo el sopor del trópico. Mas la realidad actual es distinta, todo cambia, y cambia rápido, todo se desarrolla bajo una acelerada actividad técnico científica. Hay que andar, porque no todos los pueblos llegaran al mismo tiempo al siglo XXI. Mientras los países desarrollados se miren en el espejo reluciente del milenio que llega, muchos otros pueblos estarán aleteando o experimentando estertores de muerte, sumergidos en las vivencias rudimentarias y típicas de comienzo o mediados de siglo XX, todavía sin descubrir y adoptar las tecnologías que en otros confines ya han caído en lo obsoleto.


La Universidad del futuro debe ser práctica y crítica, novedosa y autentica, científica e investigativa, una verdadera punta de lanza para la búsqueda y el permanente atesoramiento del conocimiento. Compuesta por individuos capaces de colocar en perspectiva los conceptos relacionados con la docencia universitaria y la investigación, binomio que genera conocimiento nuevo, tecnologías, medios y modos de trabajo, lo que redunda en mejoría de la producción, mejoría de la calidad de servicio y de atención. Todo esto lleva al desarrollo. La Universidad y el desarrollo de los pueblos, o más bien la Universidad para el desarrollo de los pueblos.

A su vez la Universidad debe ser el motor del desarrollo de ella misma, léase autonomía, debe ser el motor que genera el progreso de su gente, de su comunidad, de su país. En la esencia de toda esta estructuración, lo humano, como artífice del desarrollo de la máquina. La universidad debe ser humanística, estimulando el desarrollo del ser humano en su integridad, en lo personal, formando hombres investigadores, hombres de alto rendimiento cotidiano, científico, técnico y político, porque estos mismos hombres serán los encargados de diseñar, estructurar, proponer, modificar, aplicar y evaluar las políticas de desarrollo en todos y cada uno de los frentes, para así despejar el panorama oscuro y triste de la actualidad.

El Proyecto Educativo Institucional (P.E.I.) de la Universidad propuesta como del futuro, debe tener objetivos claros, definidos, basados en un compromiso educativo y social que propenda por el bienestar de docentes y estudiantes, por egresados de gran excelencia académica. La Universidad del futuro debe ejercer un gran liderazgo dentro del ámbito nacional. Debe ser organizada, dinámica y progresista, con una misión sólida, que estimule la calidad académica como primera intención, que haga presencia, que estimule e implante la investigación original, que estimule el liderazgo y se fundamente en el humanismo.

El egresado debe ser altamente capacitado, producto de procesos educativos dados dentro de un ambiente de verdadera integración docente – estudiantil. Que sea el resultado de un estudiante con el claro concepto del auto aprendizaje, capacitado para aplicar el juicio y el raciocinio, que deje de ser lector sin comprender, acumulador de frases y citas, que sea capaz de influenciar en lo diario, enfrentar la problemática, buscar, seleccionar y aplicar soluciones. Egresado ético, humanista y consejero, esto último en especial para los profesionales del área de la salud, donde es importante la acción preventiva. El egresado debe conservarse motivado por la búsqueda de nuevos conocimientos, para permanecer actualizado. En todo momento debe ser un excelente líder en su pedazo de terreno.

La metodología educativa debe tener objetivos generales y específicos, debe tener criterios educativos. Fundamentada en la evaluación critica de los autores, en la confrontación de los conceptos, en la revisión amplia de la producción intelectual de los autores, en una adecuada interacción entre la teoría y la práctica, en la búsqueda de la evidencia con la experimentación, siempre procurando un avance en el campo científico y tecnológico.

Universidad polivalente, progresista, pluripartidista y organizada, generadora de sus propios medios y ayudas educativas, rica en publicaciones propias, editora de revistas y libros, porque la comunicación escrita es fortaleza, es condición propicia para la génesis del conocimiento crítico. Universidad floreciente en proyectos de bienestar universitario para docentes y estudiantes, con énfasis en la recreación, el deporte y con inherencia en el desarrollo integral del ser humano en todos los tópicos de la cultura.


1 comentarios:

carmen dijo...

Hola Rosario, he encontrado tu blogg por casualidad. Mil gracias por tomar mis lineas para colocarlas en tan hermoso diseño. Este texto fue producto de mi especializacion en docencia Universitaria. Gracias y un placer haberlo releido en tan hermosa ambientacion. Un abrazo. Alvaro Monterrosa castro
Cartagena. colombia.